En varias ocasiones, os hemos contado más sobre aquellos elementos o acciones que pueden perjudicar seriamente nuestra conexión a Internet. Entre estas causas, si hay una que se lleva el protagonismo aparte de los problemas de infraestructura o señal, es el robo de WiFi por parte de otras personas. Con el paso del tiempo, esta práctica se ha sofisticado y a veces, la detección de este problema puede ser algo complicado.
Hoy vamos a contaros cómo podéis conocer si vuestros routers y equipos están sufriendo una merma en la velocidad a la que acceden a la Red y además, veremos algunas pistas que os pueden ser muy útiles para ver si estáis siendo víctima de algún internauta sin muchos principios, Por último, os daremos una serie de consejos muy simples con los que podréis blindar los dispositivos y accesos que utilizáis a diario.

1. El robo de WiFi deja huella
Como os decíamos unas líneas más arriba, hay una serie de factores que pueden despertar las sospechas sobre un robo de WiFi. A grandes rasgos, hay dos pistas muy sencillas: la primera, una conexión más lenta de lo normal. Si conocéis con certeza los terminales que se conectan en vuestra casa a una misma red y aún así, seguís teniendo una velocidad baja, es muy probable que alguien se esté aprovechando de vuestra señal. Para tener una mayor certeza, es aconsejable realizar un test.
La segunda pista es más evidente debido a que se encuentra en el propio router y está muy ligada a la primera que os hemos mostrado. Si desactivamos el acceso al WiFi de todos los dispositivos que tengamos en casa como tablets, smartphones y ordenadores y la luz correspondiente al WLAN del router sigue encendida, también es casi seguro que la señal se esté derivando hacia otros terminales.
También podemos acceder al propio router. Para ello debemos entrar mediante la puerta de enlace predeterminada, que generalmente es 192.168.1.1. De esta forma podremos ver información sobre qué dispositivos hay conectados en un momento dado. Así podremos comprobar si hay algo extraño, algo que podría hacernos sospechar de que nuestra red puede tener intrusos.
2. Sabemos que nos roban señal, ¿qué hacemos a continuación?
En el primer apartado os contábamos que el uso de nuestra red deja huella. Se trate de usuarios experimentados o no, en la mayoría de los casos podemos conocer ya no solo que se esté robando WiFi, sino también, quién o más bien, qué equipo. Como os hemos comentado en otras ocasiones, cada terminal tiene una dirección IP, una especie de DNI o identificación. A través de diversos programas de los que ahora os daremos un breve listado, podemos conocer si alguien sustrae nuestra señal.

– Apps a tener en cuenta para proteger nuestras conexiones
Dependiendo del sistema operativo, tenemos algunas plataformas que, instaladas en un terminal que haga de «central», puede recopilar datos sobre todos los soportes que están accediendo a una misma WiFi en un período concreto. Los más populares son Microsoft Network Monitor y Wireless Network Matcher. Sin embargo, el auge de los dispositivos portátiles ha propiciado la aparición de otras herramientas pensadas para Android como Fing o Net Scan que también han cogido mucha fuerza, y que en el caso de Fing, también es compatible con otros sistemas operativos como iOS. Además, tenemos otra opción más precisa llamada «Who is on my Wifi» que nos ofrece información detallada como por ejemplo, cuánto tiempo permanecen conectados a nuestra red aquellos usuarios a los que no hemos dado acceso. Sin embargo, esta última puede requerir la creación de un perfil.
Hay aplicaciones disponibles tanto para equipos de escritorio como para dispositivos móviles. Como vemos, las hay gratuitas y que tienen una gran utilidad para poder controlar mejor nuestras redes y quién accede a ellas. Una forma de protegernos y evitar problemas de este tipo en Internet.
– Conocer quién accede y cómo
La mayoría de las aplicaciones que os hemos presentado antes, muestran un listado de todos los terminales que hay conectados a una misma red, sean conocidos por sus propietarios o no. En el caso de Fing, por ejemplo, aparecen unos datos concretos sobre cada dispositivo como su IP, la MAC y un nombre que el aparato intruso tenga asignado. Esto puede dar algunas pistas sobre quiénes acceden y la pantalla en la que podemos ver todos esos soportes sería algo parecido a esta imagen.
Al ver listas de este tipo, es inevitable que nos preguntemos cómo han podido entrar terceras personas a nuestra WiFi si en teoría, las teníamos protegidas. La respuesta es muy fácil y se encuentra, o bien en diversos programas como WiFi Hack, que permiten acceder sin permiso a las conexiones, o a través de otros instrumentos como antenas y amplificadores de largo alcance que no obstante, suelen ser utilizados por usuarios más experimentados y que reconocen todos los accesos en radios bastante amplios que pueden llegar a las decenas de kilómetros.

3. Último paso: blindar nuestras redes
Antes también os contábamos que el robo de WiFi se ha convertido en algo cada vez más sofisticado que en ocasiones, requiere de medidas más contundentes para ser atajado a tiempo. Sin embargo, en muchos casos, unas medidas sencillas son las más eficaces. En caso de tener sospechas de que alguien está aprovechándose de vuestra conexión, lo más recomendable es que sigáis estos pasos:

– Cambiar la contraseña del router
El receptor es la puerta de entrada y a grandes rasgos, el elemento fundamental que garantiza una buena o mala conexión. Muchas de las aplicaciones pensadas para el robo de WiFi se centran en descifrar la IP y las contraseñas del router. Si disponéis de un equipo con Windows, podéis conocer estos indicadores de la siguiente manera: en la barra de búsqueda de vuestro navegador de Internet tecleáis «192.168.1.1.» Aquí, accederéis a la información básica del router y tendréis un listado de direcciones IP correspondientes a cada dispositivo que tiene acceso a vuestra red. Aunque cada operadora tiene un panel de control distinto, a grandes rasgos, todas contienen las mismas opciones. Sin embargo, antes debéis introducir vuestro nombre de usuario y contraseña. Normalmente, encontraréis un menú con opciones avanzadas en el que deberíais encontrar la dirigida a crear nuevas claves.

Una buena contraseña es aquella que contiene letras (mayúsculas y minúsculas), números y otros símbolos especiales. Todo ello de forma aleatoria. No debemos usar una misma clave en más de un sitio, ya que en caso de que lograran acceder a ella podría producirse un efecto dominó.
– El tipo de cifrado es muy importante
Más allá de poner una buena contraseña para proteger nuestras redes inalámbricas, ese esencial hacer uso de un buen cifrado. Hay diferentes tipos y no todos ellos son seguros hoy en día. Debemos evitar cifrados obsoletos como el WEP y hacer uso de otros más recientes que puedan proteger nuestras redes correctamente.
Hoy en día dos buenas opciones son el cifrado WPA-2 y el cifrado WPA-3, que es la última versión disponible, aunque no es compatible con los dispositivos más antiguos. Esto es algo que podemos configurar fácilmente en nuestro router y evitar así la entrada de intrusos que puedan comprometer nuestras redes.
– Cambia el nombre de tu conexión
Cada red WiFi tiene una denominación por defecto que viene anotada junto a la contraseña, en una pegatina en alguna de las partes del router que tengamos y que nos suministra la teleoperadora. En ella, nos encontramos el SSID, otro parámetro que puede cambiarse de manera muy parecida a la de cambiar la clave que os comentábamos antes. De nuevo tecleamos «192.168.1.1» y una vez dentro de las ventanas información del aparato, volvemos a entrar en «opciones» o «configuración«, una denominación que puede cambiar dependiendo de la marca del router. Aquí, veremos otro icono denominado «nombre del WiFi (SSID)«, «Wireless» o similar en el que estará el nombre de la conexión por defecto y que también podrá reescribirse. Aquí también tendremos la posibilidad de ocultar esa denominación.

-Una serie de consejos más
Por último, cerramos con una serie de pautas que pueden ayudar a evitar el robo de WiFi y que son de sentido común. En primer lugar, no revelar nuestras claves ni accesos. En segundo lugar, apagar el router cuando dejemos de conectarnos a Internet y en los casos en los que sospechemos, reiniciarlo directamente introduciendo algún objeto fino en el botón de reseteo, Esto, sumado a los consejos que os hemos mencionado unas líneas más arriba, reducirá casi totalmente la posibilidad de que vuestros vecinos o terceros, entren sin permiso y os generen una experiencia en Internet frustrante. ¿Alguna vez habéis sufrido este fenómeno?¿Creéis que es fácil prevenirlo? Os dejamos disponible información relacionada como por ejemplo, cómo podemos saber cuál es la velocidad máxima que puede alcanzar nuestra conexión.
En definitiva, siguiendo estos pasos podremos saber quién está en nuestra red Wi-Fi, qué pasos podemos llevar a cabo para evitarlo y proteger así nuestra red. Ya sabemos que las redes inalámbricas hoy en día son muy utilizadas y cada vez hay más dispositivos conectados. Debemos por tanto protegerlos correctamente y evitar problemas que puedan afectar a nuestra privacidad.