Cuando contratamos Internet con un operador, prácticamente siempre nos ofrecen un router Wi-Fi de forma gratuita a través del cual conectar tanto los ordenadores como el resto de dispositivos a Internet, por cable y por Wi-Fi. Sin embargo, estos routers, por lo general, son de gama muy baja, por lo que, además de no disponer de muchas funciones y ser de prestaciones muy bajas, tanto la velocidad como la cobertura de la red Wi-Fi suele dejar bastante que desear.
Mientras que solucionar el problema de la velocidad es bastante complicado y pasa por cambiar el router o añadir otro que se encargue del Wi-Fi, si solo nos interesa solucionar el problema de la cobertura de la red inalámbrica, una de las formas más sencillas de solucionarlo es instalando un repetidor o punto de acceso Wi-Fi, un dispositivo que, colocado donde la señal del router llegue bien pero empiece a perderse, se encargue de repetirla para que llegue mejor a las zonas más alejadas del router. Así podremos llevarla a otras ubicaciones del hogar, a lo que se conocen como zonas muertas.
Dependiendo del dispositivo que instalemos, es posible que este copie directamente los datos del Wi-Fi que debe repetir y reenvíe la señal como tal (repetidor), o que tengamos que configurar la red manualmente a la que conectarnos (punto de acceso Wi-Fi).
En el primero de los casos no tendremos que hacer nada, por lo que simplemente conectando el dispositivo y vinculándolo con el router original ya estaría repitiendo la señal con la misma configuración que nuestro router, sin embargo, si lo que hemos instalado ha sido un punto de acceso, antes de hacerlo funcionar debemos hacer lo siguiente.
Cómo configurar un punto de acceso Wi-Fi
Lo primero que debemos hacer es acceder a su panel de configuración conectándolo directamente por cable al ordenador y accediendo a su IP desde el navegador.
Una vez dentro del panel de configuración debemos situarnos sobre el apartado de configuración del Wi-Fi, y allí debemos configurar las opciones de la siguiente manera:
- SSID o nombre de la red: El mismo en el router y en el punto de acceso.
- Seguridad, contraseña y cifrado: Iguales en los dos dispositivos.
- Canal: Diferente en el router y en el punto de acceso.
Una vez guardemos los cambios, podremos ver que ahora, aunque los ordenadores y los móviles nos muestran una sola red (la más cercana), si escaneamos el espectro inalámbrico podremos ver que, en realidad, hay dos redes iguales en canales diferentes.

Si estamos utilizando un smartphone o una tablet Android/iOS, este dispositivo se encargará automáticamente de conectarse a la red que le ofrezca mejor señal. Si estamos más cerca del router principal nos conectaremos a él, pero si nos alejamos, nos conectaremos sin tener que hacer anda al punto de acceso. En caso de utilizar un portátil con Windows, este sistema no se lleva bien con los cambios de red, por lo que lo más probable es que tengamos que desconectarnos y conectarnos de nuevo para que elija la red que le llegue con mejor señal según donde estemos.
Si configuramos la red de forma incorrecta, aunque lo más probable es que la configuración funcione, seguramente tengamos dos redes Wi-Fi independientes de manera que tengamos que cambiar de una a otra manualmente. Esto ocurrirá si, por ejemplo, las dos redes tienen diferente SSID o diferentes contraseñas. Si las configuramos con el mismo canal, lo más seguro es que no funcione ya que los dispositivos móviles no sabrán interpretar el cambio.
Los repetidores, una buena solución a los problemas del Wi-Fi
Las redes inalámbricas hoy en día son muy importantes para los usuarios. La mayoría de dispositivos modernos son compatibles con esta tecnología y eso permite que nos conectemos a la red de una manera rápida y sencilla en cualquier lugar. Sin embargo, aunque este tipo de conexiones han mejorado notablemente, sigue habiendo problemas de velocidad y estabilidad que podrían afectar a todo tipo de dispositivos.
Para evitar esto, para lograr que la conexión llegue a otros lugares del hogar, podemos hacer uso de repetidores Wi-Fi. La misión no es otra que llevar la conectividad a otros lugares del hogar. Hay muchos tipos de aparatos de este tipo y pueden ayudarnos en nuestro día a día. Especialmente ahora que el Internet de las Cosas ha ganado un peso muy importante y cada vez hay más equipos conectados en nuestro hogar, se hace necesario tener este tipo de dispositivos que nos ayude a evitar problemas de conexión.
Por tanto, los repetidores Wi-Fi, amplificadores y dispositivos similares son muy útiles. Hemos explicado cómo podemos configurarlo correctamente para exprimir al máximo los recursos. Así podremos lograr una mejor velocidad de Internet. Además, hay que tener en cuenta siempre la importancia de protegerlos adecuadamente. Deben estar actualizados con las últimas versiones para evitar problemas, así como crear contraseñas que sean fuertes y complejas. De esta forma podremos navegar con total seguridad.
En definitiva, utilizar repetidores o amplificadores Wi-Fi es algo muy común entre los usuarios de Internet, aunque a veces puedan surgir problemas y debamos configurarlo adecuadamente. Hemos visto que podemos configurarlos de una manera sencilla a través del panel de configuración, siguiendo una serie de pasos y otorgándole un nombre SSID, contraseña y otros parámetros que podemos cambiar.