Actualmente, las redes WiFi son las más extendidas y en millones de hogares tenemos este tipo de accesos con las ventajas e inconvenientes que eso puede llevar. Uno de los problemas más extendidos en ellas son los relacionados con la seguridad, ya que en ocasiones podemos sufrir robo de señal por parte de terceros gracias, entre otros factores, a unas contraseñas que no son del todo buenas.
Vamos a profundizar en esta materia y os vamos a ofrecer una guía en la que os contaremos todo lo relacionado con estas claves, desde los diferentes tipos que hay, hasta cómo localizarlas en los diferentes aparatos y también, los errores más comunes a la hora de formarlas.
1. ¿Dónde y cómo podemos encontrar la contraseña del WiFi?
Comenzamos con un primer paso que puede ser imprescindible a la hora de conocer más sobre las claves de nuestra red. Localizar la contraseña es algo muy sencillo que todos conocemos: si no la hemos cambiado con posterioridad, un primer lugar donde podemos encontrarla es en nuestro router, en una pegatina que puede estar situada en varias partes (generalmente debajo del terminal) en la que también aparece el nombre de la conexión. En caso de tener un equipo con las últimas versiones de Windows, la contraseña también puede verse de la siguiente manera: entramos en el menú inicio, y de ahí, a «Red e Internet«, donde veremos una pestaña llamada «Centro de redes y recursos compartidos«, ahí, tendremos a nuestro alcance toda la información de las redes activas a las que tenga acceso nuestro equipo pinchando en cada una de las opciones disponibles.

2. Tipo de claves y evolución
Como os decíamos unas líneas más arriba, hay distintos tipos de contraseñas para WiFi. En un principio, las opciones eran más escasas pero ahora, podemos establecer distintos sistemas de protección en este sentido. Ahora veremos cuáles son las más utilizadas.
– WEP
Se trata de la más básica de todas. Comenzó a aplicarse a finales de la década de los 90 y su trayectoria fue breve, ya que solo unos dos años después, expertos en ciberseguridad comenzaron a ver vulnerabilidades de este tipo de WiFi password. A grandes rasgos, permitía establecer claves de hasta 26 caracteres, aunque la más usada es la versión de 10 caracteres. Para crearlas, solo se pueden usar los números del 0 al 9 y las letras de la A a la F.
– WPA
Esta es la más extendida actualmente y se compone de una serie de variantes que se basan en la encriptación, es decir, en convertir las contraseñas en una combinación de números, símbolos y letras sin sentido alguno y que ocultan las claves. La esencia de las contraseñas WPA está en el propio router, que periódicamente actualiza esta encriptación para ir protegiendo los accesos periódicamente.

Otro rasgo distintivo de este tipo de patrones respecto a los WEP, es el hecho de que permite usar todas las letras del abecedario, los números del 0 al 9 y además, unos caracteres especiales como el símbolo del dólar o asteriscos y almohadillas. Las más extendidas son las WPA2, ya que las WPA Enterprise y que requieren un pago previo, están enfocadas a empresas y otras instituciones. Su mayor inconveniente es, que, a pesar de haberse consolidado en la década de los 2000, aún hay algunos equipos no compatibles con ellas.
A las WPA que os hemos citado en estas líneas, se añade una más que ha aparecido hace tan solo unos días, la WPA3, que se consolidará definitivamente en los primeros meses de 2019 y que destaca por dos factores: protege las conexiones que tengan una mala contraseña y además, un aumento del cifrado que evita que los hackers puedan acceder al tráfico generado anteriormente en nuestra red si consiguen entrar a ella. Además, tendrá dos versiones, una para el entorno doméstico y otra para el profesional.
– Direcciones MAC
En tercer lugar, nos encontramos con algo que va a caballo entre las propias contraseñas y la identificación de los elementos que hacen posible la conexión a Internet de los equipos. Se trata de la MAC, abreviatura de «Media Access Control» y que a grandes rasgos, es un número que los fabricantes de las tarjetas de red (el componente instalado en ordenadores, móviles o impresoras entre otros) y que permiten conectarse y transmitir datos entre varios equipos.
3. Hacia una WiFi password segura
Ya os hemos dado las pinceladas más simples sobre dónde encontrar las claves de vuestra red y los distintos tipos que hay. Ahora, es hora de contaros más sobre la creación de contraseñas lo más eficaces posible. Los hackers utilizan diferentes sistemas de descifrado. Un primer paso eficaz está en la inclusión en la propia contraseña de palabras que no empiecen con las letras más comunes como las vocales, sino más bien, hacerlo con las últimas como la X, la Y o la Z.

Otro consejo muy eficaz, pasa por la mezcla de números y letras, pero con cuidado, ya que los patrones «123456» o sucesivos y otros como «abcde», son fácilmente detectables y además, resulta muy sencillo superarlos. En estos casos, lo mejor también es recurrir a caracteres especiales entre medias como los que os citábamos antes. Finalmente, destacamos otro truco muy sencillo: la longitud, ya que una contraseña larga será más difícil de descifrar y utilizar que una corta.
4. ¿Cuáles son los errores más comunes?
Unas líneas más arriba os contábamos cómo crear contraseñas más seguras y en muchos casos, esas recomendaciones vienen a raíz de los fallos que más solemos cometer en este sentido. Como decíamos antes, passwords que siguen un orden concreto como por ejemplo, el de las letras del teclado, o el uso de expresiones y palabras que todos conocemos, son varios de los errores más repetidos. A esto, podemos añadir la denominación de marcas y compañías famosas a escala mundial, o el nombre de personajes famosos, películas o deportes. Otro fallo muy simple pero también, útil para los hackers, es el hecho de no actualizar las contraseñas periódicamente y sustituyéndolas y además, usar la misma para las diferentes cuentas y redes.

5. Medidas adicionales para proteger nuestro WiFi
Antes también os comentábamos que el robo de contraseñas es una de las acciones más comunes y eficaces para atacar a los usuarios a la hora de navegar por Internet. Para evitar estas situaciones, lo más aconsejable es configurar directamente el router y quitarle todos los ajustes de fábrica. Entre esas medidas, nos encontramos escoger qué direcciones IP queremos que accedan al equipo, cambiar el nombre de la conexión y lógicamente, la contraseña siguiendo los patrones que os hemos contado. Para que podáis extremar aún más la precaución a la hora de utilizar las conexiones inalámbricas, os dejamos disponible más guías como por ejemplo, una para sacar el máximo partido a las redes públicas.