Actualmente, muchos hogares y establecimientos disponen de una impresora WiFi que les permite sacar documentos sin necesidad de tenerlos vinculados a través de cables y otros elementos a los ordenadores o soportes desde los que se envían esos textos o archivos que se convierten al papel. Sin embargo, una herramienta que en teoría, es fácil de utilizar, también puede tener sus sombras.
A continuación os mostraremos una guía en la que os contaremos más sobre qué son estos aparatos, cómo funcionan y además, haremos un recopilatorio con los problemas más comunes que suelen presentar, cómo solucionarlos y también, las ventajas e inconvenientes frente a los soportes convencionales que estaban presentes en miles de casas y empresas hace no tanto tiempo y con los que aún deben convivir.
1. ¿Qué es una impresora WiFi?
A grandes rasgos, estos aparatos no se diferencian en gran medida a sus antecesores. Con un tamaño y forma casi idéntico, la diferencia más significativa es el hecho de que, como os contábamos unas líneas antes, no necesitan estar enchufadas a ningún portátil, ordenador de mesa u otro soporte, ya que reciben los documentos a imprimir, se transmiten a través de la misma red WiFi que tenemos instalada en casa. Sin embargo, como es lógico, sí deben estar conectadas a la corriente eléctrica. A día de hoy, este modelo es el que más se está extendiendo, ya que muchos terminales permiten la sincronización con dispositivos portátiles como tablets o smartphones.
2. ¿Cómo se instala y cuál es su funcionamiento?
Este componente necesita estar conectado en todo momento a nuestra red inalámbrica. Por tanto, un primer paso es instalarla y vincularla a ella. Si disponemos de un terminal con las últimas versiones de Windows, el proceso es muy sencillo: accedemos a «Configuración«, y desde ahí, a «Dispositivos«. Una vez dentro de esta última opción, tendremos una denominada «Impresoras y escáneres«, ahí, veremos una lista de terminales que pueden vincularse. Si deseamos añadir una impresora WiFi, pulsaremos en la opción llamada «Agregar una impresora o escáner«, que buscará automáticamente nuevos dispositivos en un radio de acción. Elegimos el que deseemos pulsando sobre su nombre y pinchamos en «Siguiente». A continuación, debería aparecernos un menú de instalación del nuevo dispositivo.
3. Aspectos a tener en cuenta a la hora de adquirir una
Como decíamos al principio, estos soportes han cogido peso en el sector de la electrónica de consumo en los últimos años. Eso ha dado como resultado la aparición de una oferta considerable en la que podemos encontrar decenas de modelos distintos. Sin embargo, no todos son iguales aunque tengan una misma base y por ello, debemos tener en cuenta varias consideraciones a la hora de comprar una impresora WiFi. La primera, el uso que tendrá, ya que existen algunas multifunción que también hacen escaneados y fotocopias, otras que sacan fotografías y finalmente, las básicas. Las que contienen todas las características suelen rondar los 200 euros, mientras que las últimas que os hemos citado, en la mayoría de los casos no superan los 100.
Las primeras están pensadas para un uso intensivo y tienen un consumo más elevado, así como un precio superior, lo que puede no ser ideal para los hogares a pesar de que hoy en día, en esta familia encontremos soportes más asequibles y pequeños. Además, debemos conocer cuántos dispositivos vincularemos a ella. Finalmente, debemos considerar algo más y es el posible coste adicional que tendremos que asumir a la hora de utilizarla como por ejemplo, cuánto nos costaría sacar cada copia, la velocidad de impresión, o también, sí dispone de más modalidades de conexión.
4. Ventajas e inconvenientes
Al igual que sucede en muchos otros ámbitos de la tecnología en general, en este caso también nos encontramos con una serie de pros y contras respecto a los formatos tradicionales. Antes os recordábamos que una de las principales virtudes de las impresoras WiFi es el hecho de que prescinden de cables que las conecten a los equipos. Sin embargo esta no es la única, ya que varios dispositivos pueden enviar los documentos para ser impresos desde un radio de distancia más amplio. También os recordamos la compatibilidad con los terminales portátiles de menor tamaño y, en el caso de los modelos más elevados, un rendimiento superior traducido en un menor gasto de tinta y una mayor impresión de páginas por minuto.
Entre los inconvenientes nos encontramos uno muy propio de las conexiones inalámbricas en general: la pérdida de señal a medida que nos alejamos del router y que en este caso se traduce en que el envío de los documentos puede interrumpirse o ir mucho más lenta si, por ejemplo, tenemos una conexión de baja velocidad. Además, no son extraños los problemas de compatibilidad entre sistemas, ya que actualmente, las grandes marcas que fabrican impresoras WiFi lanzan un software y aplicaciones específicas. Además, algunos productos pueden ser muy caros y superar los 300 euros, a lo que se añadiría también el coste de los cartuchos o tóner.
5. Los problemas más comunes
A la hora de usar una impresora WiFi pueden aparecer varios errores que hagan el uso de este instrumento algo tedioso. Entre ellos, los más destacados son la colocación errónea de los cartuchos de tinta o el uso de algunos que no sean compatibles. A esto, se añadirían interrupciones de la impresión por factores como una mala colocación del papel o el desgaste que el tiempo produce en componentes internos como los rodillos. A esto, también se añadiría un error de sincronización con la conexión y también, que no hayamos configurado previamente las opciones de impresión a la hora de sacar en papel el documento. Todos ellos se pueden solucionar con algo más de tiempo.
Otro problema importante puede ser que el archivo que deseemos imprimir sea muy pesado, o pueda consumir una cantidad excesiva tanto de papel como de tinta. En estos casos, lo más aconsejable es revisar ese texto y eliminar aquello que no tenga importancia y si es posible, elegir la opción de blanco y negro. Para minimizar el gasto, existen una serie de trucos muy sencillos como por ejemplo, la elección de una fuente de las denominadas «ecológicas» que dejan espacios en blanco en letras como la «o» para ahorrar algo más de tinta. La Garamond, Helvética o Times New Roman son algunas de ellas.
¿Tenéis una impresora WiFi en casa?¿Alguna vez habéis tenido problemas con ella o creéis que son más estables y a la larga, más económicas que sus antecesoras con cables?¿La nueva generación tiene más desventajas que ventajas en aspectos como el precio o no? Os dejamos disponible otra guía relacionada con la que podréis sacar el máximo partido a la velocidad de vuestra red inalámbrica.