Proxy y VPN: ¿cuándo se usan?
En los últimos años, navegar por Internet se ha convertido en una actividad de riesgo para nuestra privacidad, sin contar con los correos electrónicos que se hacen pasar nuestro banco o los mensajes de texto que recibimos en nuestro móvil con la misma finalidad.
Afortunadamente, existen varios métodos para proteger nuestra navegación por Internet además de nuestra privacidad. Si hablamos de navegar de forma segura, a la cabeza nos vienen nombres como VPN y proxy, sin embargo, aunque en un principia parezca que son lo mismo con diferente nombre, realmente no es así.
Qué es una VPN
Cuando hablamos de una VPN, hablamos de una Red Privada Virtual (Virtual Private Network), una red que se establece entre el equipo donde se encuentra instalada y el servidor de la empresa que ofrece el servicio y donde todo el contenido que circula en ambos sentidos está cifrado para que nadie tenga acceso.
Para qué se utiliza
Cuando nos conectamos a un VPN, podemos seleccionar desde que país nos estamos conectando. De esta forma, podemos saltarnos las restricciones geográficas que establecen algunas webs para acceder a determinados sitios webs e incluso para plataformas de vídeo en streaming para acceder al catálogo disponible en otros países.
De esta forma, utilizar una VPN, también es una opción perfecta para saltarse la censura de determinados países establecen en determinadas páginas web que se encuentra bloqueadas e inaccesibles utilizando una conexión del país. Al utilizar una IP de fuera del país, siempre y cuando ese país no haya censurado esa web, podemos acceder a su contenido con total libertad. La función que ofrecen las VPN para saltarse la censura de un país es el principal motivo por el que, tanto en Rusia como en China, este tipo de servicios están completamente prohibidos.
NordVPN, una de las más recomendadas, utiliza servidores que gestionan la conexión a través de memoria RAM, por lo que, cuando un usuario deja de utilizarlo, este se reinicia y todo el contenido almacenado en la memoria, se elimina completamente sin que existe ninguna posibilidad de recuperarlo. Debido a su funcionamiento, utilizar una VPN es la mejor más segura de navegar por Internet sin dejar rastro.
Al establecer una conexión privada entre el dispositivo y el proveedor de la VPN, ninguna persona que tenga acceso a nuestra conexión podrá, en ningún momento acceder a los datos que se están transfiriendo, por lo que es la forma más segura de navegar, especialmente desde puntos de acceso públicos.
Qué es un proxy
Si hablamos de un proxy, hablamos de un equipo informático que hace de mediador entre el equipo el equipo que requiere el acceso a una página web y el servidor donde se encuentra alojada la página web. Cuando el servidor responde a la solicitud, esta pasa previamente por el proxy antes de entregarla al usuario que ha solicitado acceso.
Para qué se utiliza
Al utilizar un proxy todas las solicites pasan por este equipo quien se encarga de ocultar la IP del equipo que ha realizado la solicitud, evitando que se pueda conocer el país donde se encuentra.
Esto permite, al igual que con las VPN saltarse la restricción geográfica de determinados países para saltarse la censura y saltarse los bloqueos. A diferencia de las VPNs, un proxy puede bloquear cookies y scripts que podemos encontrar en muchas páginas web y que puede poner en riesgo la seguridad del equipo, por lo que, además, permite navegar de una forma más privada
Sin embargo, esta función adicional también la podemos encontrar en la mayoría de los navegadores más populares como Chrome, Edge y Firefox, por lo que no es un motivo decisivo a la hora optar por su uso.
Proxy vs VPN
Cómo hemos podido ver a lo largo del artículo, en un principio todo parece indicar que tanto una VPN como un proxy funciona de igual forma, sin embargo, realmente no es así. La principal diferencia de uso entre una VPN y un proxy es como se transmite la información.
Mientras que una VPN establece un túnel cifrado por el que transmite la información, un proxy no cifra la información, por lo que cualquier amigo de lo ajeno puede tener acceso a la información que se transmite, poniendo en riesgo la seguridad de datos.
Otra importante diferencia, también relacionada con la seguridad a la hora de navegar es el tipo de protección que ofrecen. Mientras que una VPN funciona protegiendo el acceso a Internet en todo el dispositivo, de ahí que sea perfecto para utilizar en dispositivos móviles, un proxy únicamente funciona en una aplicación determinada que, además, debemos configurar de forma independiente.
Tampoco podemos olvidarnos de la diferencia de velocidad entre una VPN un proxy. Un proxy hace de intermediario de una conexión a Internet afectando a su velocidad de carga. Sin embargo, una VPN hace de pasarela entre nuestro equipo y el servidor remoto al que nos conectamos por lo que la velocidad únicamente se afectada por la distancia a la que nos encontremos del servidor que estemos utilizando.
Si quieres navegar de forma segura, sin dejar ningún tipo de rastro y acceder a cualquier plataforma o web que tenga establecida una restricción geográfica, la opción que debemos utilizar es una VPN por todos los motivos expuestos más arriba.
Si te estás preguntado si se puede utilizar una VPN y un proxy a la vez, la respuesta es sí, ya que ambas herramientas se encargan de ocultar nuestra IP real, sin embargo, no vamos a obtener una mayor privacidad o seguridad a la hora de navegar. Lo único que vamos a conseguir es reducir la velocidad de conexión.
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